(Cast- Val)
LA
CARRETERA NACIONAL N- 332 Y EL PUENTE
SOBRE EL RÍO ALGAR 1860-1880
Altea 1915- acceso por Alicante. Colección Pedro Juan Orozco
La carretera de la costa mediterránea, la Nacional 332, fue
una obra de gran trascendencia social, política y económica, marcó la geografía
humana de estas tierras de la Marina, y en especial, por lo que a nosotros
respecta, marcó a la sociedad y al pueblo de Altea. Su existencia y su trazado
permitieron el comercio por tierra, que hasta entonces era muy complicado al
existir dos grandes barreras naturales, el Mascarat y el río Algar, lo cual
obligaba a que las vías de comercio fueran eminentemente marítimas hasta la
segunda década del siglo XIX. Hay que
señalar la fecha de 1860, cuando se construye el tramo Alicante-Altea, dejando
obsoleto el antiguo camí de Alacant y abriendo una brecha importante en el
arrabal de Sant Pere o de Pescadores que generó la calle del Mar, la primera
estructura lineal de ensanche configurada como una larga calle entre el
convento y los aledaños y corrales del antiguo matadero, potenciándose y
alargándose más tarde con la construcción de la Estación del ferrocarril y el
conjunto de casas e instalaciones hoteleras que en la segunda década del S. XX
configuraron lo que hoy conocemos como núcleo tradicional.
inicios S. XX- Foto Colección Pepe Zaragoza
En 1880 se hizo llegar hasta
Valencia gracias al túnel y puente del barranco del Mascarat, un
obstáculo natural muy considerable hasta ese momento y en el que se invirtieron
durante décadas mucho esfuerzo y dinero público. Empresarios alteanos
participaron en la contratación de estas obras públicas, con gran provecho
personal en algún caso. Hasta bien entrado el siglo XX era una carretera sin
asfaltar; su firme, de piedra machacada y compactada con un acabado a la manera
de macadán, era apto para las diligencias, carros y otros vehículos de tracción
animal, pero el polvo y los baches la hacían incómoda y también irrespirable
para los viajeros. El asfaltado y adoquinado en el interior de los pueblos fue
una obra de la época de Primo de Rivera, y su programa de Obras Públicas.
Precisamente un texto editado en 1939 (1) de Le Corbusier relata un viaje del
año 1931 y dice: “Se trataba de la primera autopista
trazada con exactitud, con bordes limpios, pintados en blanco, curvas con
peralte y amplias panorámicas. Llevaba de los Pirineos a África.
Nos impresionó ya desde la frontera,.... a la altura de Valencia, donde los
vecinos le habían bordeado de rosales, arbustos y palmeras, como en una fiesta.
De golpe, salían de un estado de cosas milenario y se encontraban en contacto con el mundo moderno....”